El súper poder del maquillaje
Por Valeria Patron
Ana Laura nació en Montevideo donde vivió toda su vida, en la misma casa familiar, primero con sus padres y su hermano. Al fallecer su papá, sintió que no quería dejar sola a su mamá, con la que tienen una relación muy bonita, de manera que, al casarse, su esposo fue a vivir allí, donde luego nació y se crio su hija que hoy tiene 8 años.
Cuando culminó el secundario vivió un periodo de crisis vocacional. Estudio ciencias políticas e Ingeniería Prevencionista, dejó ambas carreras ya que se dio cuenta que no le gustaba, que si se recibía iba a dar clases y no ejercer.
Hoy siente que en su interior siempre supo lo que quería hacer, una vocación que afloro desde su propia vivencia. En la adolescencia sufrió mucho porque se sentía fea, sus compañeros e incluso su papá se lo decían, tiene recuerdos de tener un novio a los 15 años que fue motivo de burlas por parte de sus compañeros que le decían que era imposible que ella así de fea tuviera novio. Cree que ya desde su casa le hicieron sentirse fea algo que la marcó.
Descubrió un súper poder para enfrentar al mundo: el maquillaje. Ya que el acné y los rubores que tenía no contribuían a salir de “ese lugar” en que no quería estar. Veía a mujeres en la televisión, en las revistas, maquilladas que eran muy lindas. En ese momento no existían todos los medios de información que existen hoy para buscar referencias. Su madre no se maquillaba, trabaja mucho y era la que les proveía amor y cuidados.
A los 16 años obtuvo el permiso de sus papás para maquillarse y aunque no lo hacía tan bien, sentía que salía a la calle a dar la cara frente al mundo desde otro lugar más empoderado. De practicar mucho con las herramientas de aquel momento, mirar a otro e intentar descubrir como lo hacían ya que no existían tutoriales o las herramientas actuales -youtube-, se fue perfeccionando. A los 18 años era otra, tal es así que, con más de 20 años, se encontró con aquellos compañeros que le decían fea, no la reconocían y le decían: “no podés ser vos”. Se siente identificada con el cuento del Patito Feo que se convirtió en Cisne.
En ese camino, decidió estudiar masajes, mesoterapia, maquillaje y cosmetología. Descubrió que amaba de poder ayudar a las mujeres a sentirse lindas, que además del maquillaje, los cambios experimentados en la piel, fueron pate del proceso de convertirse en cisne.
Le gustan los tratamientos que producen un impacto positivo en las personas tales como el microblading de cejas que logra que alguien que no las tiene consiga unas hermosas, cambiándole el rostro. Eliminar manchas que devuelve iluminación y uniformidad al rostro. Le apasiona que se miren al espejo con el resultado final y que se sientan felices. Considera que es una artista dado el impacto que produce en las personas gracias a sus conocimientos. No solo cuida a las mujeres, sino que les enseña rutinas de autocuidado y a visibilizar que ese tiempo dedicado a ellas mismas es un gran autoregalo.
Esta en continua capacitación, con los años se fue perfeccionando en diferentes tratamientos de cuidado del rostro, peelings, aparatología, perfilado de cejas, depilación con hilos. Todos los años se capacita en nuevas técnicas. La pandemia le abrió el abanico de hacer muchos cursos online, en países que están más avanzados en técnicas. Estudió en Chile, Argentina y Brasil. Entre su basta formación es Idóneo Naturópata Homeopático Paracelsiano, que incluye, Herborista, fitoterapeuta y técnico en botánica medicinal, Técnico en Aromaterapia Terapeuta floral (Alden) y técnico en producción, Iridólogo, Técnico en farmacia homeopática, Cosmetología, Dermatocosmiatría, maquilladora, microblading. La atención con sus clientas es personalizada. Empatiza con cómo se ven, cómo se sienten, porque ella estuvo en ese lugar.
Trabajó casi siempre en ventas, fue promotora de empresas de belleza, maquillaje, cosmética, en farmacias asesorando a clientas y al personal acerca de los productos de las importadoras de cosmética y maquillaje, para las cuales trabajaba. Marcas tales como Calvin Klein, Dior, Max Factor, siempre estudiando y atendiendo algunas clientas puntuales como una entrada extra.
Llega el día, en que su esposo le hizo ver que estudiaba todo el tiempo y esos conocimientos le generaban un ingreso extra. Le planteó instalar un local, eligió instalarse en el Centro de Montevideo, le parecía un lugar ideal, encontró un local en una Galería en 18 de Julio que le encantó y abrió su primer salón.
Al pensar en el nombre para su salón buscó que tuviera un significado. Amante de las flores, siempre admiró el ciclo de las amapolas que poblaban el jardín de su casa todas las primaveras: esa flor salvaje que llega en el otoño y no queda nada, ni la hoja ni el tallo, desaparecen, pareciendo que ya no van a volverán nunca. Sin embargo, cada año vuelven a surgir, las raíces están ahí, son fuertes. Hace un paralelismo entre esta flor y la mujer, que por un lado es frágil, para admirar, no para ser exhibida en un florero, es para ser admirada y querida como es naturalmente cada mujer.
Buscando un giro que trasmitiera que ser Mujer es ser madre, trabajadora, que todo lo puede pero a la vez es femenina, romántica, soñadora, llega a Flora, diosa de la mitología Romana la diosa de la primavera, los jardines y las flores, que cada primavera en la antigua Roma se festejaba el comienzo de una nueva vida, un nuevo ciclo, al igual que lo que le estaba sucediendo de abrir su propio local. Bendito sea este ciclo, de la naturaleza y el propio. Su logo tiene una amapola, sus colores son blanco rosa y dorado que en un toque considera aporta glamour.
Comenzó, aun manteniendo su trabajo y fuera del mismo atendía a las clientas, trabajaba en la mañana y después de las 17 aproximadamente, le llevo un año poder dejar su trabajo de dependencia y dedicarse de lleno a Bendita Flora. Fue una etapa maravillosa, le iba muy bien. En Pandemia tuvo que cerrar, cuando volvió a abrir, al principio a las clientas le costó ir, pero volvieron con todos los protocolos adecuados. En la segunda ola, se complicó un poco más, comenzó a hacer cosmética natural, con su marca, aplicando todos sus conocimientos en la materia, hizo cremas hacia cremas, desde cero, tinturas madres, macerados de aceites, terapia floral, terapia tratamientos Fito terapéuticos, aromaterapia.
La mudanza a Punta del Este era un proyecto de años. Su marido viajaba por trabajo bastante a esta ciudad por trabajo, le propuso venirse a vivir, lo dejaron en stand by, mudándose en febrero de 2023, ella, su esposo, su hija y su mamá.
Épocas de nuevos comienzos, la esposa de un amigo de su pareja, tiene una peluquería, se conocían y le propuso trabajar allí ya que eran rubros diferentes a cambio de un porcentaje de su trabajo. Sus primeras clientas eran las propias de la peluquería que quedaron encantadas con las nuevas propuestas. Así mismo, viajaba a Minas donde impartía clases de maquillaje, manos y pies en un Instituto.
Inquieta por naturaleza quería su propio espacio, lo logro rápidamente, hoy atiende en Siete Ángeles, un multiespacio , en parada 10 mansa que conjuga tienda de ropa artesanal con propuestas diversas y allí tiene su consultorio independiente. Considera que la diferencia de las clientas de Punta del Este, es que se manejan más por referidos, que por publicidad.
La vida en Punta del este le gusta mucho, valora lo estético del lugar y la conjunción entre sus dos paisajes naturales preferidos, el bosque y el mar. Ver mar vayas donde vaya, el brillo, el olor, el color, las casas en medio del bosque, los árboles, la inmensidad. Los jardines son hermosos, incluso los públicos, es una ciudad sumamente estética y limpia, de espacios verdes.
Actualmente, esta trabajando en un proyecto, con dos profesionales mas y una empresaria, se trata de transformación de imagen en forma personalizada e integral. Paso etapas de tener momentos de no sentirte cómodo con tu imagen por diferentes situaciones, le hubiera encantado contra con un equipo así para ayudarla, guiarla y motivarla en el proceso a sentirse feliz con su imagen.
Su rol es trabajar en el rostro de la clienta, dándole tips, haciendo tratamientos que sugiere y son aceptados. Otra integrante del equipo es peluquera, ayuda a conocer su cabello, como cuidarlo, peinados, si necesita un cambio de corte, color, aprender a manejarlo en su día a día. La tercer integrante es coach de imagen, secciones de diagnóstico, charlas, trabajo en la imagen interna, que se refleja en la externa, ayudándola a romper con creencias, animarse a vestir su cuerpo actual. A la hora de armar este equipo pensó en mujeres empáticas y que de alguna manera ya estuvieron en ese lugar que estuvo ella, con lo cual pueden captar las emociones de las clientes.
Este trabajo se lleva a cabo, en Siete Ángeles, un lugar hermoso, cálido que invita a entregarse a ese mimo personal y donde además pueden encontrar prendas exclusivas fabricadas por la propia dueña del espacio.
Le encanta salir a caminar por la rambla y escuchar hablar diversos idiomas, ya sean turistas o gente que vive aca, tiene clientas de muchos países, varios sudafricanos que al atenderlo practica su inglés, Perú Brasil, chile, Colombia. “Podés conocer otras culturas sin viajar, hablando con la gente”, le fascina
Ana es un ejemplo de que, con determinación, capacitación y ganas el patito feo puede sentirse un cisne y ayudar a otras personas a también transforme para ser más felices.