Linfoma de Hodgkin: una enfermedad difícil de diagnosticar porque no suele presentar síntomas tempranos

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El 60% de los pacientes no presenta síntomas al momento del diagnóstico

El linfoma de Hodgkin es un tipo de cáncer del sistema linfático. Esta enfermedad, aunque es grave, tiene un alto índice de éxito en su tratamiento si se detecta a tiempo. Es por ello que la Asociación Civil Linfomas de Argentina (ACLA) insiste en la importancia de detectar algunos síntomas que se pueden presentar en forma temprana y que el paciente se puede dar cuenta.

En el linfoma de Hodgkin, las células del sistema linfático crecen de manera anormal y pueden diseminarse rápidamente. Se divide en dos grandes categorías: el linfoma de Hodgkin clásico, que representa el 95% de los casos, y el linfoma de Hodgkin de predominio linfocítico nodular. Las causas del linfoma de Hodgkin incluyen mutaciones genéticas en las células que combaten infecciones, llevando a una multiplicación descontrolada de células anormales.

Cada año, se diagnostican en el mundo 2,5 casos de linfoma de Hodgkin por cada 100 mil habitantes. En Argentina, esta cifra se traduce en aproximadamente 1.000 nuevos casos anuales. Afecta principalmente a hombres de 20 a 40 años y a mayores de 55 años, con factores de riesgo adicionales como infecciones previas por el virus de Epstein-Barr y antecedentes familiares de linfomas.

Los síntomas del linfoma de Hodgkin incluyen el agrandamiento indoloro de ganglios linfáticos, pérdida de peso, sudoración nocturna, fiebres inexplicables, fatiga, falta de energía, pérdida de apetito, tos persistente, picazón en todo el cuerpo, sensación de falta de aire e infecciones recurrentes. Sin embargo, el 60% de los pacientes no suele presentar síntomas al momento del diagnóstico, lo que marca la necesidad de estar atentos y realizar chequeos médicos regulares.

El diagnóstico se realiza mediante biopsias de ganglios linfáticos y médula ósea, análisis de sangre y pruebas de imagen. Las primeras suelen ser indicadas por el profesional ante la sospecha de que se manifieste la enfermedad, una vez que aparecieron los síntomas. Por ello, es importante la realización periódica de los análisis de sangre e imágenes, que pueden dar los primeros indicios para el diagnóstico de éste y muchos otros padecimientos.

El tratamiento varía según el tipo y la etapa del linfoma, la edad y el estado de salud del paciente, e incluye quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia y, en algunos casos, trasplante de médula ósea. Este último puede ser alogénico, utilizando células madre de un donante compatible, o autólogo, utilizando células del propio paciente. La decisión del tipo de trasplante se relaciona con el diagnóstico, con la respuesta al tratamiento recibido y la disponibilidad o no de un donante. A su vez, el trasplante alogénico puede ser con un donante familiar o no familiar, este último generalmente proveniente de una búsqueda en el registro mundial de médula ósea.

El éxito del tratamiento del linfoma de Hodgkin es del 90% si se detecta tempranamente. Por eso, ACLA organiza charlas informativas para aumentar la conciencia sobre esta enfermedad. El próximo miércoles 28 de agosto a las 19:00 horas, el Dr. Martín Saslavsky dará una charla sobre el linfoma de Hodgkin y el trasplante de médula ósea, proporcionando información crucial para pacientes y familiares. ID: 840 4143 1607 Clave: ACLA

Para obtener mayor información sobre ACLA, sus actividades y la campaña de concientización, se pueden utilizar los siguientes canales de contacto:

 

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