Según un informe, la inseguridad vuelve a preocupar a los uruguayos
A pesar de una merma en los delitos, la inseguridad volvió a posicionarse como una de las principales inquietudes.
La inseguridad retomó protagonismo en la vida cotidiana de los uruguayos. En Montevideo, el 38% de los hogares vivió al menos una experiencia de robo o violencia en el último año, mientras que en el resto del país, esta cifra alcanzó el 24%. Según la última encuesta nacional realizada por la consultora CIFRA, que incluyó 1.198 entrevistas telefónicas, el 29% de los hogares uruguayos fue víctima de algún delito en los últimos dos años.
Alrededor de un 22% de los hogares reportó que uno de sus miembros sufrió un delito fuera de casa, ya sea en la calle, en el transporte público, en un vehículo o en otros lugares de circulación. De estos casos, el 9% involucró violencia física contra la víctima. La cifra se eleva en la capital, donde 3 de cada 10 hogares en Montevideo experimentaron un asalto callejero, mientras que en el interior la proporción descendió al 16%.
Martín Rodríguez, Supervisor de Segurarse, corredor digital de seguros, agregó que por el aumento de los asaltos en cajeros, los robos de cartera y/o bolsos, y también los fraudes de tarjeta de crédito, “observamos un mayor interés por ciertos seguros que brindan cobertura ante esta clase de siniestros, como el de seguro protegido”.
“Las aseguradoras informan que Montevideo es la localidad donde más se solicita este tipo de seguro debido a un alto nivel de siniestralidad. Esto se alinea con los datos que muestra el Observatorio Nacional sobre Violencia y Criminalidad”, precisa.
Según profundiza el ejecutivo, dependiendo del monto a cubrir, el precio de esta clase de pólizas puede variar entre USD 50 y USD 150 anuales.
Tipos de delito en todo el país. *Fuente: Observatorio Nacional sobre Violencia y Criminalidad.
El índice de victimización, que considera el conjunto de hogares afectados por algún tipo de asalto, muestra una marcada diferencia entre Montevideo y el resto del país. La capital concentra un 38% de los hogares víctimas de delitos, mientras que en el interior la cifra se sitúa en un 24%. En comparación con el año anterior, los niveles en Montevideo se mantuvieron estables, aunque en el interior se observó un incremento importante, pasando del 16% al 24%.
El contexto de los delitos en Uruguay
Según el Observatorio Nacional sobre Violencia y Criminalidad, los delitos de rapiña muestran una tendencia a la baja. En 2019, se registraron 2.230 casos, mientras que para 2024 se proyectan 1.366, es decir, una reducción del 38,7%. Este descenso no mitigó la percepción generalizada de inseguridad en el país, especialmente en Montevideo.
*Tasa de denuncias por rapiña (por cada 100.000 habitantes). Fuente: Observatorio Nacional sobre Violencia y Criminalidad.
La baja en los índices de rapiña se corresponde con otros delitos, como el hurto y el abigeato (robo de ganado), que también experimentaron una disminución constante. En el caso de los hurtos, que son los más comunes, los registros de 2019 sumaban 10.629 casos, una cifra que se estima disminuirá a 7.901 en 2024, mostrando un descenso del 25,7%.
*Tasa de denuncias por hurto (por cada 100.000 habitantes). Fuente: Observatorio Nacional sobre Violencia y Criminalidad.
La inseguridad vuelve a preocupar a los uruguayos
Los datos de CIFRA muestran que el aumento en los delitos volvió a posicionar la inseguridad como una de las principales inquietudes para la población uruguaya. El “Índice de victimización” de CIFRA alcanzó el 29% en 2024, dos puntos por encima del 2019, aunque cinco puntos por debajo del máximo registrado en 2013-2014, previo a una caída notable durante los años de pandemia.
En ese período, la tasa de victimización se situó 10 puntos por debajo del pico histórico, consecuencia de las restricciones de movilidad y el refuerzo en los controles. Hoy, con el retorno a la normalidad, la inseguridad “objetiva” muestra nuevamente un aumento constante.
En relación a estos datos, Rodríguez sostiene que “el interés por seguros como el de bolso protegido responde a una necesidad emocional: la búsqueda de control frente a situaciones que generan impotencia, como un robo o una pérdida significativa. Más allá de los beneficios económicos, estas pólizas están diseñadas para otorgar un nivel de tranquilidad que trasciende el resarcimiento material”.
Paralelamente, desde la financiera Credifama, observan un interés grande de los clientes por estar protegidos ante el robo de tarjetas. Romina Jorge, de Credifama, revela que “son muchos los usuarios que se presentan a través de diferentes canales online para consultar sobre deudas desconocidas en su perfil crediticio”.
“Lo que hacemos nosotros en esas situaciones es ayudarlos a entender en detalle la información que visualizan. Si bien muchas veces el detalle los ayuda a entender sus deudas y montos pendientes, hay otras veces donde la incidencia continúa. Entendemos en esos casos que las deudas no fueron generadas por ellos, sino que han sido víctimas de robo de tarjetas”, agrega.
A pesar de la reducción en algunos delitos, la percepción de inseguridad entre los uruguayos sigue siendo alta. Los datos de CIFRA y el Observatorio Nacional muestran una realidad compleja, donde las cifras objetivas de ciertos delitos disminuyeron, pero el riesgo de ser víctima de un asalto callejero en la capital se mantiene elevado. La experiencia de vivir un asalto o robo, con o sin violencia, influye en la percepción de seguridad y refleja la vulnerabilidad que sienten los ciudadanos en su vida cotidiana.
“La inseguridad, más allá de las cifras y estadísticas, actúa como un detonante que transforma las prioridades de las personas. En contextos donde la percepción de riesgo es alta, como ocurre actualmente en Uruguay, se generan cambios en los hábitos de consumo que afectan las decisiones vinculadas a la protección personal y patrimonial”, enfatiza Martín Rodríguez.