Silvana Toledo: “Volver al flujo del amor vital en cada situación, acompañado profesionalmente”

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Por Valeria Patron

Silvana Toledo, nació en Montevideo donde vivió siempre, hasta que una temporada estival, en 2019 la llevo a José Ignacio con el objetivo de trabajar en un Parador de playa ese verano, para luego volver a su ciudad. Solo tres meses viviendo e Punta del Este le hicieron sentir que el regreso era ya un imposible, lo que sintió viviendo aquí fue mágico.

La conexión con el bosque, el mar, la energía del lugar, momentos que se solía buscar reservar para las vacaciones, al vivirlos en la cotidianidad, experimentar los beneficios, la experiencia de estar en medio de la naturaleza, a unas cuadras del mar, la ayudó a conectar con otras simplicidades de la vida.

Al finalizar la temporada se instaló a vivir en parada 2 de la mansa, la encontró la pandemia, se formuló una pregunta, ¿si no existiera el mañana que haría?, contra todo pronóstico, oportunidades de trabajo, de estudio, siguió con el impulso de seguir viviendo aca.

Los primeros meses su propósito fue VIVIR, pausado, disfrutar, de un atardecer, un amanecer, respirar, estar sana, fue un momento de pausa en su vida muy necesario. En Montevideo se sentía un poco desconectada con la vida apurada, en busca de la productividad, siempre trabajó más en el ser que en el hacer, lo cual la hacía sentirse un poco lenta en el ritmo citadino

Cree que quizá hay un lugar para cada ritmo y este es el suyo, la calidad del aire, el oxígeno que respira y lo siente muy distinto, cuenta que muchas personas dicen, que cuando nos mudamos a punta del Este nos ponemos hermosos y hermosos, cree que es real y que tiene que ver con esa simplicidad, con la calidad del aire, el detenerse a observar, una predisposición a que te sientas de otra manera.

A sus 20 años se formó como educadora, teniendo la oportunidad de acompañar infancias de diversos contextos, capacidades, edades, situaciones, socioeconómicas, cognitivas, los niños la conectan con el amor y desde ese sentir con las infancias eligió ese trabajo. En determinado momento comenzó a darse cuenta que además de dulzura, ternura, inocencia, diversión, había en esos niños una sabiduría originaria, ancestral, muy primaria, desde lo animal, que la cautivó muchísimo. La infancia, explica, tiene esa sabiduría, por no haber aprendido todavía algunas dimensiones sociales o morales, no tener algunas estructuras físicas en el ser o estar en la vida, siendo más flexibles al cambio.

En ese camino, empezó a generar la capacidad del al estar con un adulto, mirarlo o hablar con él, darse cuenta como había sido su infancia y ahí empezó a estudiar psicología para poder ayudar con todo eso que ella estaba sintiendo. Respeta el terapeuta holístico, pero entiende que lo puramente holístico de alguna forma fragmenta a la persona y la licenciatura tiene que ver con lo humano, con personas, con conductas, no solo se estudia la parte psico emocional, se estudia la parte biológica, cómo funciona el cerebro, que dan herramientas para después poder razonar las diferentes situaciones.

La formación en constelaciones familiares la hizo con un conjunto de psicólogos, en San Pablo, un año y medio intenso y hermoso en su vida. Al culminar la formación, la invitaron a participar en un módulo de constelaciones, cosa que le resultó maravillosa, ver como articular las herramientas virtuales para constelar y que al igual de cuando tomaba clases era realmente un ambiente único y cercano el que se genera

En este momento trabaja como una educadora, con una familia particular con tres chicos, realiza constelaciones individuales, presenciales, pero sobre todo que online, en general sus pacientes son derivados por psicólogos con los cuales ha trabajado y han constelado con ella, lo que la llena de orgullo. Le gusta trabajar con personas que están en un proceso terapéutico, que no están en un turismo terapéutico, que se comprometan y que la constelación no sea una manera de evadir un proceso terapéutico que nada lo va a sustituir, es un disparador o amplificador de determinado punto donde están bloqueados, apuesta a trabajar con personas que estén en verdad comprometidos son su desarrollo personal.

La dinámica puede ser una única sección y necesita un tiempo de espera, que suele ser de 6 meses para respetar el movimiento generado, si surgen otros temas, se pueden constelar esos temas por separado, respetando los tiempos de cada uno de ellos.

Se constelan, temas vinculares, de trabajo, material, una enfermedad, un vínculo, esas situaciones que se toman del presente de la persona y se llevan a una imagen constelar, lo que se ve es como ese conflicto está organizado inconscientemente dentro de esa persona, lo que hace el constelador a través de los órdenes del amor, es poder volver al flujo del amor vital en esa situación, de manera que la persona pueda verlo desde otra óptica, sacar energía y vitalidad de esa situación

Descubrir que  a veces lo que nos está pasando no tengan que ver específicamente con nosotros, sino con lugares que tomamos en nuestra familia y que no nos pertenecen, hay una triada vincular que es la más importante que es con los padres, que es donde se gesta la forma vincular que va a tener esa persona toda su vida, la gestación desde el momento uno , como estaba la madre, como se vinculó con ese padre, un niño amado en el vientre de la madre no va  a tener la misma predisposición vincular a un niño rechazado en el vientre. Hasta los tres años los niños ven a través de los ojos de su madre y luego empieza un proceso de desapego, de descubrir que persona separada, es una simbiosis. Se puede acompañar a los niños evitando muchas cosas, no podemos evitar las circunstancias de vida que puedan atravesar, pero si podemos evitar el No saber acompañarlos y eso se da a partir del conocimiento. El dolor es inherente a la vida, está presente todo el tiempo, poder hacerle un lugar aceptarlo con amor sin negar tapar o restringir sin dramatizar demasiado, buscar una articulación y cuales son las herramientas que tenemos para transitarlo está en nuestras manos, de madres psicólogos educadores.

Su proyecto vital es desarrollar su marca personal como terapeuta en constelaciones familiares, lo cual piensa complementar con Licenciatura en Psicología, estando a tres exámenes de obtener este título. Considera la educación formal muy importante para acompañar mejor al otro, le gusta mucho la neurociencia, la terapia sistémica.

Su propósito es acompañar desde ese enfoque, terapeuta en constelaciones familiares, coach sistémica, psicóloga, en forma online porque quiere poder viajar y conocer otras culturas. Promocionar que no hace la diferencia lo online cuando la calidad del trabajo esta en el conocimiento y la capacidad de poder captar lo fenomenológico de una constelación, se le hacen preguntas y se va preguntando si eso le hace sentido.

La respuesta de la gente es muy gratificante, de cada constelación se va emocionada, ante la disposición de soltar lo que hay que soltar y tomar lo que hay que tomar y como en dos horas hay un alivio, un cambio en la mirada de las personas en su aura. Ha trabajado con personas que viven en china, en Brasil, en argentina, en Italia.

Encontró un estilo de vida aca, se ha encontrado con muchas personas que conocieron el mundo y eligen vivir en Punta del Este, tiene una energía muy especial, cada uno va encontrando en la vida el lugar al cual pertenece, la pertenencia es uno de los ordenes del amor y el sentir que pertenecemos a un lugar da sentido a nuestra vida y ese pertenecer primero esta dado por una familia, desde la tradicional o una mas disfuncional desde lo moral pero que hay alguien que cumple el rol materno, sentirnos que pertenecemos aun grupo humano, personas que nos acogen nos cuidan y nos dan alimento, tener ese lugar hace que en la vida encontremos el lugar en el mundo, es una emoción, un sentimiento que se desarrolla cuando encontramos ese lugar como hijos dentro de esa familia, de los grandes desordenes de familia que hay es cuando se arrastra el desorden, cuando un niño nace dentro de una familia, su alma ya sabe lo que viene a equilibrar y lo que deben hacer los adultos es hacerse cargo de ellos mismos para liberar a ese niño. Una cosa de darnos cuenta lo que necesitamos es cerrar los ojos.

El lugar al que volver siempre va a ser Punta del Este, un refugio el lugar donde voy a querer volver, siempre, a sus orígenes. Escuchar a Silvana y estar cerca de ella trasmiten un amor y una paz, que son una caricia para el alma y una invitación a seguir trabajando en nosotros mismos desde un acampamiento amoroso.

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