Síndrome de Asperger: Claves para ayudar a los niños a comprender y desenvolverse en el mundo

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Según la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente 1 de cada 100 niños tiene autismo.

 

El 18 de febrero se conmemora el Día Internacional del Síndrome de Asperger en honor al nacimiento de su descubridor, el psiquiatra austriaco, Hans Asperger, quién identificó un comportamiento similar y poco frecuente en un grupo de niños.

 

Esta fecha  tiene como objetivo crear conciencia sobre la condición, educar a la población en general y resaltar los desafíos de las personas con este trastorno.

 

“El Síndrome de Asperger es una condición del neurodesarrollo, una variación del desarrollo que acompaña a las personas durante toda la vida. Influye en la forma en que éstas dan sentido al mundo, procesan la información y se relacionan con los otros”, explica la Dra. Daniela Sosa, neuróloga de DIM CENTROS DE SALUD.

 

Con anterioridad fue incluido entre los Trastornos Generalizados del Desarrollo (TGD) y en el presente se encuentra incorporado dentro de los Trastornos del Espectro Autista (TEA). Según la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente 1 de cada 100 niños tiene autismo.  Según la entidad, esta estimación representa una cifra media, ya que la prevalencia observada varía considerablemente entre los distintos estudios.

 

La Dra. Sosa indica que aunque se desconoce su causa, un consenso entre la comunidad científica afirma que puede ser de orden neurobiológico. Esta condición tiene una mayor incidencia en varones que en mujeres. “Hay una aceptación universal acerca de que el síndrome no se produce por problemas afectivos ni por el tipo de educación recibida. En las mujeres se manifiesta de una manera más sutil y encubierta.

 

Las características y principales áreas afectadas del síndrome en los primeros años de manifestarse son: la interacción social;  la comunicación; preocupaciones y rangos estrechos de intereses; las rutinas repetitivas, los rituales e inflexibilidad.

 

Hay que comprender que su comportamiento no es intencionado. Refleja una manera  distinta de comprender y desenvolverse en el mundo.

 

Por eso, la especialista recomienda algunas estrategias útiles para ayudar al niño a entender mejor su entorno:

 

–  Utilizar un lenguaje simple, a un nivel que puedan entender.

–  Utilizar instrucciones sencillas. Para los trabajos complicados se hacen listas o dibujos.

– Intentar conseguir la confirmación de que entienden de lo que se está hablando o preguntando. No conformarse con la respuesta Sí o No que habitualmente proporcionan.

– Explicar por qué debe mirarle cuando se les habla, darles ánimo, proporcionar alabanzas para cualquier logro, especialmente cuando utilizan espontáneamente una habilidad social.

– En algunos jóvenes que aparentan no escuchar cuando se les habla, el acto de “cantar” sus palabras puede tener un efecto beneficioso.

– Limitar cualquier opción a dos o tres ítems.

– Limitar su tiempo para los “intereses especiales” a fracciones diarias de tiempo siempre que sea posible.

– Practicar la “Toma de Turnos” en la mayor cantidad posible de actividades.

– Prepararse de antemano para cualquier cambio y proporcionar índices de alerta cuando se desee que termine una tarea. Ej.: “Cuando termines de colorear esto, saldremos de compras”.

– Intentar introducir una cierta flexibilidad en su rutina. Si aprenden temprano que las cosas cambian y, a menudo sin aviso, eso puede ayudar.

– Intentar identificar los “disparadores de la tensión”, evitar si es posible, estar preparado para distraerles con alguna alternativa, por ejemplo “Ven a ver esto…” etc.

– Encontrar una manera de hacer frente a problemas del comportamiento. Quizá, restándole importancia si no es demasiado grave o dándole un abrazo a veces puede ayudar.

– Las promesas y las advertencias que le haga deberán ser respetadas, así que trate de no hacerlas a la ligera.

– Enseñar  algunas estrategias para hacer frente a situaciones difíciles.

– Desde temprano enseñar la diferencia entre los lugares privados y públicos y las acciones, de modo que él pueda desarrollar estrategias para hacer frente a reglas sociales complejas más adelante en su vida.

– Hacerles saber el amor que siente y que está orgulloso de ellos.

– Recordar, ellos son niños/as como el resto. Ellos tienen sus propias personalidades, capacidades, tienen gustos y aversiones, sólo necesitan ayuda, paciencia y comprensión de quienes les rodean.

Con el asesoramiento de la Dra. Daniela Sosa

Especialista en neurología de DIM CENTROS DE SALUD

MN: 151795 – MP: 337838

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