Poco a poco, los chicos van regresando al colegio. Así como los padres compran libros, artículos de librería, guardapolvos y uniformes, también deben completar los pedidos relacionados con la salud: presentar el apto físico y controlar que estén al día el calendario de vacunación. En Argentina, el esquema vigente de vacunación incluye, para niños/as de primer grado (5 / 6 años) la vacuna IPV que previene la poliomielitis; la triple viral SRP (contra el sarampión, la rubéola y las paperas); la triple bacteriana celular (contra la difteria, el tétanos y la tos convulsa) y la vacuna contra la varicela. Asimismo, los niños/as con 11 años cumplidos deben tener la triple bacteriana acelular (para prevenir la difteria, el tétanos y la tos convulsa); meningococo (contra la meningitis y la transmisión de la bacteria a los lactantes en dosis única) y la vacuna VPH (Virus de Papiloma Humano) que previene el cáncer de cuello uterino y otras enfermedades relacionadas tanto en niñas como niños.“De acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Argentina tiene un calendario de 22 vacunas, en su mayoría obligatorias y gratuitas, lo que lo convierte en uno de los más completos de la región. Por lo tanto, aprovechar esta amplia disponibilidad previo al ingreso escolar es esencial para la eliminación de enfermedades y posibles brotes en la familia y la sociedad, sobre todo en los menores de 2 años que son más vulnerables». explica el Dr. Marcos Ruiz (M.P. 9092) de la empresa de medicina privada Boreal Salud. “Tener el esquema de vacunación completo reduce significativamente la posibilidad de contraer enfermedades infecciosas. Las vacunas son una forma de entrenar el sistema inmunológico del cuerpo para reconocer y combatir virus y bacterias que pueden causar enfermedades. Cuando se administra una vacuna, el sistema inmunológico produce anticuerpos que pueden proteger al niño de futuras infecciones y al mismo tiempo se aumenta la inmunidad colectiva de la población” explicó el Dr. Ruiz. Asimismo, para poder comenzar con las clases de educación física y los deportes fuera del colegio, el apto físico es una condición excluyente. Los jóvenes que practican deportes o participan en actividades físicas en la escuela están expuestos a un mayor riesgo de lesiones y el apto físico puede ayudar a detectar cualquier problema de salud y tomar medidas preventivas para reducirlos y evitarlos. Además es importante llevar a cabo un control con el pediatra de cabecera de cada familia, ya que los niños deben ser evaluados en las áreas de oftalmología, odontología, audiometría y cardiología, con el fin de que estén preparados para participar en todo tipo de actividad. También es recomendable enseñar a los chicos sobre ciertos hábitos de higiene para garantizar su seguridad y protección en el ambiente escolar: lavarse las manos con frecuencia, cubrirse la nariz y la boca al toser o estornudar, y evitar compartir objetos personales, como cepillos de dientes o utensilios de comida, hasta mantener limpias las superficies y objetos comunes, como pupitres, mesas y juguetes, harán que puedan disfrutar el año con menor riesgo a contraer enfermedades. |